Villa Devoto Norte un rinconcito
diferente
Por Norberto Malaguti
Para describir del desarrollo urbano de los barrios, podríamos utilizar una
analogía gráfica. Es como si sacudiésemos una pluma sobre un secante y donde la
tinta se distribuyese en un conjunto de manchones, uno central más grande y los
otros alrededor, y vemos como con el tiempo los mismos se van extendiendo y
terminan uniéndose en una única mancha, y se completa finalmente la silueta.
Esta situación en su desarrollo también se expresará en las
diferencias de estilo y calidad de las viviendas, tanto por la moda de distintas
épocas, como por los recursos económicos que disponían los vecinos.
Generalmente esas diferencias se combinaron, se hicieron
menos nítidas y se enriquecieron en matices, dándole un carácter distintivo a
cada barrio, y es así que podemos constatar esa personalidad, en algunos casos
bien homogéneos como Parque Chás , y también en gran parte del barrio de La
Boca. Sin embargo, el barrio de San José de Flores, es un ejemplo inverso, donde
se marca con notoriedad esa diferencia, no es lo mismo las fincas alrededor de
la estación del ferrocarril y de la iglesia, que las propiedades cerca del
Cementerio (Bajo Flores).
Y bien después de esta introducción , nos vamos a situar
con nuestro propio barrio de Villa Devoto.
En breve recorrida por nuestro extenso barrio, podemos
observar , el Devoto originario que podemos ubicarlo entre ambos ferrocarriles
de excelentes residencias, del Devoto al Sur, próximo a la Cárcel de Encauzados
de rasgo más industrial, o aquel que discurre por la Avenida Francisco Beiro
hacia Lope de Vega con una fuerte presencia comercial. Por último el que se
pierde al Norte para recalar en la Avenida General Paz, es probablemente el más
marginal de todos, entre las Avenidas Moscóni, San Martín, General Paz y la
calle Campana, conocida por Villa Devoto Norte, y deseo detenerme un poco más en
esta zona, olvidada en los trabajos editados, e inclusive mal incluida en forma
errónea como Villa Pueyrredón.
No cabe dudas que éste rinconcito de Devoto, que en el año
2005, cumplirá el centenario de su primer loteo, estuvo y está ligado por
muchísimas razones históricas al Devoto originario, pero sin embargo posee
algunos rasgos que lo hacen un Devoto distinto.
Retomando la analogía anterior, recalco que si bien el
manchón final pertenece al mismo secante sin embargo la tinta derramada
corresponde a otra pluma, ¿ y veamos porque ?.
La razón es que las tierras fueron de propietarios
diferentes.
Las tierras del Villa Devoto originario, pertenecieron a la
familia de Santiago Altube, que en el momento de los loteos, fueron adquiridas
para un posible gran negocio de tierras , por el Banco Inmobiliario, del cual
Don Antonio Devoto era presidente (escritura de Febrero de 1889).
En cambio el sector Norte antes mencionado, era propiedad
de los sucesores de Manuel Linch, los señores Pablo Giorello y Francisco
Beazley, que a través de Guillermo Kelsey, impulsa el primer remate de 696 lotes
que estaban comprendidos en las nueve manzanas enteras que iban de la Avenida
América (hoy Mosconi) hasta el futuro camino de Circunvalación (Avenida General
Paz) entre las calles Llavallol y Campana y unas catorce medias manzanas
laterales a las mismas. Dicho remate se llevó a cabo el 19 de Noviembre de 1905,
y su rematador fue Fernando Oyuela, dichas tierras se lotearon bajo el nombre de
Villa Kelsey. Posteriormente, un 7 de Octubre de 1907 se efectuaría un segundo
remate de 150 lotes remanentes en el mismo sector, pero esta vez con la
denominación de Villa Devoto Norte.(*)
El surgimiento del pueblo de San Martín como anterior a
Villa Devoto; influyó en este rinconcito, y su dependencia, desarrollo e
integración al mismo se mantuvo muy fuerte en los primeros años, se fue
debilitando con el crecimiento de Villa Devoto, y tuvo un corte muy importante,
con la inauguración de la Avenida General Paz.
La otra razón, fueron el origen social de los primeros
pobladores.
Los principales compradores de los primeros loteos en el
Devoto originario pertenecían en gran parte a familias de excelente posición
económica, algunos inclusive socios del exclusivo Círculo Italiano y algunos del
Jockey Club, vinculados a las financias, obras públicas, administración de los
ferrocarriles, (de allí las presencia de miembros de la colectividad inglesa en
el barrio). Y como una expresión de esa realidad se vería reflejada en la
existencia de importantes y espectaculares viviendas residenciales.
En cambio, el barrio Nuevo, que también se lo conocía con
ese nombre, que a fines del 1800 era una zona de quintas arrendadas, de
dimensiones no mayores a una hectária, donde una importante colectividad
valenciana se había asentado, en ella cultivaban hortalizas, sandias, melones,
unas famosas frutillas, la zona era surcada por el cauce de un brazo del arroyo
Medrano que la convertía en tierras anegadizas los días de lluvia, sin ningún
tipo de servicios, con rancheríos, y dos únicos puntos de referencia , la
pulpería Cimaro, en el camino a San Martín y Washington ( hoy Avenida San Martín
y Fernández de Enciso) y la otra pulpería La Paloma, en el mismo Camino a San
Martín y el Camino de Circunvalación.
Los primeros compradores de los loteos de 1905 y 1907
fueron familias de origen obrero, que aprovechando una favorable coyuntura
económica que nuestro país vivió hasta la Primera Guerra Mundial, pasaron de
alquilar en conventillos , a comprarse el lotecito con el sueño de la casa
propia, en planes de ochenta cuotas con un valor de dos pesos mensuales, este
fenómeno se repetiría en barrios como Villa Real y Villa Luro entre otros, donde
era más accesible adquirir estas tierras. La extensión de los medios de
transporte contribuyó también a su desarrollo.
Las primitivas casas, de las cuales aún quedan algunas en
pie, eran muy modestas, de madera de cajones de exportación de maquinarias, y
chapas de zinc acanaladas; las mejores de ladrillo, eran las típicas en galería
(chorizo), con una o dos salas, jardín al frente y al fondo el sanitario y el
infaltable gallinero y la quintita.
Habrían de sumarse a esa misma composición social, la
integración de familias de inmigrantes , en su mayoría de origen europeo, que
escapaban de los riesgos de guerras permanentes, superpoblación, la miseria y en
algunos casos por persecuciones raciales y /o políticas muchos de ellos
analfabetos o semianalfabetos, pero que traían en sus manos el arte del trabajo,
con sus oficios de herreros, albañiles, pintores, carpinteros, costureras,
panaderos, zapateros, etc.
Sin embargo, a pesar de esas notorias diferencias dentro de
un mismo barrio, eso no impidió una estrecha interrelación barrial, la iglesia a
la concurrían los vecinos del barrio Nuevo era la misma, la iglesia del
Seminario, el mismo sacerdote, el padre Agustín (Nores), concurrían a la misma
escuela, la Delfín Gallo abierta en 1895, posteriormente a el colegio República
de Panamá inaugurado en 1910, y recién desde 1917 a la escuela número 14 en su
propia zona, ubicada en Obispo San Alberto 3370, que nunca tuvo nombre oficial,
pero que los vecinos denominaron " Hogar y Patria", pues así se llamó la
Asociación Cooperadora.
La existencia de varias fabricas de ladrillos en el barrio
nuevo, el aumento de la demanda de mano de obra para importantes obras de
construcción, del Devoto Centro, afianzó la comunicación, disimuló las
diferencias sociales, pero desde luego no las eliminó.
(*) investigación compartida con Edgardo Tosi.
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