El 30 en Villa Devoto (2ª parte)
Por Edgardo Tosi
Los pasajeros de la línea 86 de tranvías Anglo, producen las críticas más
virulentas contra la empresa, a la que se le acusa de no dar un buen servicio,
ya que deben transbordar de vehículo en San Martín y Nueva York, aún en días de
lluvia.
El Tranvía Lacroze recibe también denuestos por el cierre
de barreras y obstrucción de las calles próximas a la estación Villa Devoto con
depósitos de materiales. El Ferrocarril Pacífico, propietario de los terrenos
que habían sido del desaparecido Tiro al Segno, es el más atacado por impedir la
apertura de las calles y mantener montañas y lagunas donde proliferan alimañas,
pero que sin lugar a duda serían reducto de diversiones infantiles en épocas en
que si siquiera la radio tenía atractivo para ellos.
Un nuevo medio de transporte ha nacido de la necesidad
económica: el taxi-bus, llamado también colectivo, que adopta igual numeración
que los tranvías 85 y 86, con diferencias de color rojo o blanco según el
recorrido. La subsistencia del servicio es problemática y para poder superar su
propia crisis, deberán unificarse en el número 85 rojo que llega desde Devoto a
Plaza de Mayo. El Anglo mientras tanto, propone la instalación iniciación de la
línea 35, que contará con 30 vehículos.
El incremento de las posibilidades de transporte dice de
modernización pero aún perduran necesidades del pasado. La línea 2 de ómnibus de
la empresa Unión Nacional que unía Constitución con Devoto deberá cambiar su
recorrido, por causa de la parada de lecheros frente a la estación del
Ferrocarril Pacífico, doblando por Nueva York y Enciso en lugar de Asunción y
Ricardo Gutiérrez.
La feria franca que inicialmente se instalaba frente a la
estación ha comenzado a trabajar en Gualeguaychú y Nacional (Salvador M. del
Carril). Se lo considera un avance para la población, como la proliferación de
negocios de lustrado de calzado en distintos puntos del barrio. La mayor
cantidad en cuanto a la promoción comercial lo dan los parlantes recién
instalados en la calle Habana, último detalle del progreso.
La situación política nacional es cada vez más inestable.
Tensiones internas dentro del mismo gobierno denotan gravedad. El Ejército
conspira. El 29 de Agosto con la firma de Manuel Carlés la “Liga Patriótica
Argentina” hace circular un manifiesto titulado “la renuncia presidencial o la
guerra necesaria”. La conspiración que responde al Gral. Uriburu debe producirse
el 30 de Agosto pero advierten que no cuentan con el apoyo previsto y postergan
el alzamiento.
Septiembre comienza con una concentración estudiantil
universitaria que se opone a la movilización militar antirrevolucionaria que
considera “actividad bélica del gobierno para instalar una dictadura”. El 2
renuncia el ministro de guerra Gral. Dellepiane perdiendo el gobierno su único
baluarte ante el golpe. Los sucesos se precipitan. El ministro del interior
Elpidio González es designado como interino de guerra. Mientras tanto los
teniente coroneles Descalzo y Sarobe logran apoyo para democratizar la
revolución. Yrigoyen es puesto al tanto de lo grave de la situación. Matan a
Juvencio Aguilar a quien se supone estaba presente en un tumultuoso acto
estudiantil frente a Critica, el diario revolucionario.
Yrigoyen pretextando problemas de salud relega el mando en
el vicepresidente Martínez, se piensa en algunos ambientes dentro del gobierno
en la posibilidad de su renuncia para permitir el mantenimiento de la legalidad.
El día 5 la tensión se eleva. Uriburu se entrevista con
Sarobe y Delcalzo, modificándose el manifiesto revolucionario redactado por
Leopoldo Lugones. La FUBA y Alfredo Palacios decano de Derecho piden la renuncia
del presidente. Ing. Butty rector de la Universidad de Buenos Aires suspende las
clases. La suerte esta echada.
A la madrugada del 6, civiles en automóviles se dirigen a
la provincia donde antes de la una de la mañana en el Colegio Militar se produce
una reunión donde su director se pliega a la revolución, pero encuentra
oposición entre la oficialidad.
A las 5:45 de la mañana el Tte. Gral. Uriburu vestido de
civil y acompañado por numerosos partidarios, parte de una casa de la calle
Juncal con destino al Colegio Militar (Ubicado en San Martín hoy Avda. Eva Perón
y 1 de Mayo domicilio del Liceo Militar). Casi a la misma hora el ministro
González llegaba a la casa Rosada.
Se ordena a la policía impedir el acceso desde San Martín.
Ocho agentes de la comisaría 45 comandado por el oficial Ricardo Uzal portando
armas largas son apostados en el cruce de la Avenida San Martín y Gral. Paz (aún
en proyecto).
Los agentes de la comisaría 45 rechazan intentos de paso.
Uno de los agentes, Rómulo Lescano, es herido en una pierna al tratar de impedir
el paso de un vehículo. Manuel Carlés que trata de forzar el control policial es
demorado. A las 6 y media el vicepresidente informa que se han detenido civiles
complotados. Un grupo de oficiales del 2 de infantería abandona su cuartel.
El día comienza con normalidad. Solo se impiden las
aglomeraciones. El periódico la Razón de Villa Devoto saldrá aquel sábado
normalmente.
Pasadas las 7 los efectivos del Colegio Militar se
encuentran listos para marchar, pero no lo harán hasta las 10 y media. Dirá el
general Medina años después “En San Martín, Uriburu se dio cuenta que solo
contaba con el Colegio Militar y las tropas de comunicaciones. Tuvo entonces la
certidumbre de que o lo fusilaban allí o en Plaza de Mayo, opto por ésta y salió”.
En ese mismo momento desde Campo de Mayo salen sublevados dos escuadrones de
caballería. El 1° comandado por el capitán Saavedra llegará a San Martín a las
12.
Civiles salen a la calle, una manifestación recorre la
avenida de Mayo. El 2° y 10° de caballería se despliega para cubrir posibles
avances desde Campo de Mayo.
La fuerza revolucionaria, casi exclusivamente cadetes
entrará a Buenos Aires por la avenida San Martín. Al cruzar la avenida Gral. Paz
desarman al pelotón policial y llegados a la Av. Mosconi (en aquel momento
América) doblan dirigiéndose al centro. La población saluda a las tropas que
avanzan muy lentamente. Al medio día Uriburu sale del Colegio Militar (La Razón
de Villa Devoto erróneamente informara días después al recordar los sucesos, que
Uriburu encabezaba las tropas). Una hora después desde los cuarteles de
Ciudadela el 1° de artillería y el 8 de caballería salen con orden de detener al
Colegio que, aún lentamente, avanza sobre el centro. Próximo a las 2 de la tarde,
luego de un breve tiroteo los revolucionarios ocupan la comisaría 39 de Villa
Urquiza. Pasadas las 2:30 de la tarde se producen tiroteos en Flores.
El médico de Yrigoyen llega a la casa de gobierno con orden
de éste de resistir. Se plantean adhesiones y rechazos. El ministro González,
los generales Mosconi, Toranzo, Marcile, Adalid y Álvarez se encuentran en el
Arsenal de Guerra.
Tropas del Colegio Militar toman las comisaría 37. A las 16
horas se produce una confusión en la Casa Rosada., se informa que el Arsenal ha
sido tomado, diez minutos después hay un tiroteo con la avanzada del Colegio en
Callao y Córdoba. Tropas del ejército que aún permanecen en la casa de gobierno
se retiran. Civiles invaden el edificio.
Luego de un recio tiroteo frente al diario oficialista “La
Época”, se produce el mayor enfrentamiento del día, a las 17:35 frente a Plaza
del Congreso. Terminada la refriega a las 18,05, cinco minutos después Uriburu y
Justo llegan a la casa de gobierno. Todo continua con rapidez, a las 18,25
Martínez renuncia y se retira.
Han incendiado el diario La Época. Yrigoyen que se ha
dirigido a La Plata trata de resistir pero desiste y presentándose el 7 de
infantería redacta su renuncia. Una manifestación asalta el local del comité de
la capital de la UCR “se allanan los comités y subcomités de la fracción
política del gobierno depuesto.”
Son las ocho de la noche. El general Justo informa al
estado mayor legalista que el vice ha renunciado, media hora más tarde se
entrega el Arsenal.
Pasadas las 22:00 la multitud asalta la residencia
particular de Yrigoyen en la calle Brasil y destruye el mobiliario.
Villa Devoto retorna a la calma y se apresta al sueño.
“cayo el gobierno sin haber sido vencido, con el grueso de
la opinión pública y de las fuerzas armadas todavía de su lado, pero indecisas,
desorientadas por los efectos de una hábil maquinaria publicitaria” dice Abad de
Santillán en Historia Argentina.
Aún así, el domingo 7 es recibido con alegría por muchos.
El mercado Arenales entrega 1 Kg. de pan gratis a quien llegue con un diario
Crítica “como homenaje a la patria y a Crítica, diario de la revolución”.
El Club Gimnasia y Esgrima de Villa Devoto suspende la
kermés programada para ese día, al igual que su baile el Club Rivadavia.
El lunes por la noche cuando el movimiento revolucionario
se suponía concluido Villa Devoto se siente asaltado por instantes de “verdadera
zozobra y alarma”. Se daban como cierto que el Colegio Militar había sido
atacado.
Gran cantidad de personas se volcó a las calles ubicándose
en las esquinas de San Martín y América y la primera avenida y Nueva York. La
interrupción del servicio de las líneas 85 y 86 del Anglo Argentino y el corte
del servicio por la Unión Telefónica incrementa la incertidumbre.
Vuelven a verse automotores que rápidamente se dirigen a
San Martín. Grupos de civiles rodean la comisaría 45 para impedir una reacción
contrarrevolucionaria. El oficial Uzal ahora bajo las órdenes del comisario
Edgardo Rodríguez tomara la comisaría de San Martín por orden del nuevo gobierno.
Los civiles reunidos en América (Mosconi) y San Martín deciden incautarse de un
micro de la empresa Ibero Americana, para dirigirse al centro de la ciudad, sin
llevar a cabo finalmente el intento. A las 23.30 horas una “bañadera” con
cadetes escoltada por un micro de la Unión Nacional recorrerá rápidamente la
avenida hacia el centro.
Lentamente se entra en la tranquilidad del descanso.
La Razón de Villa Devoto del 13 de septiembre de 1930 nos
trae noticias que nos enteran que la revolución triunfante ha producido
novedades en el barrio. El comisario Edgardo Rodríguez es trasladado de la
comisaría 45, Lorenzo Lucena, radical personalista, “quien ha cumplido meritoria
labor” dice el periódico, ha renunciado a la presidencia del Consejo Escolar 17.
“Un núcleo de caracterizadas damas de esta localidad se ha
constituido en comisión para testificar su simpatía y admiración a los bizarros
cadetes del Colegio Militar que tan destacada actuación tuvieron en los sucesos
políticos que son de dominio público. Consistirá el homenaje en la entrega de
una medalla recordatoria a los cadetes”. Muchas son esposas e hijas de militares
y todas están relacionadas con lo más selecto de la Villa.
Artículo publicado en Aniversario Nº 4 de Julio/Ago/Set.
1997
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