Homenaje a Lola Frexas- 23-12-1924 /
27-09-2011 En 2015 las tapas de
Devoto historia fueron ilustradas con imágenes de esta gran acuarelista
argentina, egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue alumna de
Spilimbergo, Daneri, Massa, y Larco. En 1944 obtuvo el primer premio con croquis
de ballet en el Teatro Presidente Alvear. A partir de 1948 expuso regularmente
en el Salón Nacional de Bellas Artes. Participó en numerosos muestras colectivas.
Sus obras fueron presentadas en Asunción, Madrid, Londres y Roma. En 1979 le fue
otorgado el sagitario de Oro de Unicef en Roma y el Gran Premio de Honor del
Fondo Nacional de las Artes sobre barrios de la ciudad. Decía Lola Frexas : ”Yo
pinto porque no puedo dejar de pintar, descansar de la pintura me extenúa.”
Legó a Villa Devoto sus inigualables acuarelas , porque si bien no residió en
nuestro barrio ilustró con maestría el periódico zonal “Objetivos” dirigido por
el desaparecido Roberto Gritta. Como homenaje transcribimos el texto ilustrado “
Ese espantoso ultraje” publicado en enero de 1992 en el citado periódico.
“Pudieron haber seguido viviendo bien .Con su sobrina, buena muchacha
eficiente secretaria. Ella gana un sueldo decente Acá en Buenos Aires, adonde
vinieron hace muchos años, cuando su sobrina era una pequeñita. Pero, estaba ahí,
con su extraña fascinación:- La Idea-.
El Cigarral de Toledo, daba vueltas y vueltas en su cabeza. Siempre, sus
mayores aseguraban que les pertenecía a la familia. Argumentos y súplicas y
machaca y machaca. Al fin convence a la muchacha, venden todo, hasta el
departamento comprado con tantos sacrificios.
Ahora, la ilusión se va esfumando frente a la cruda realidad. Si tenían
derechos, cosa que ni si quiera está probada, estos han caducado por la
propiedad treintenal”.
Los dinerillos también se esfuman y el prestigio que gozaban en esa
modestísima pensión de Toledo. La sobrina debe resignarse a ser aya de los doce
niños de una rica familia que la vuelven loca.
Pese a ello, hace tiempo para ver a su tía y la ayuda en lo que puede.
Finalmente la tía enferma de gravedad y la llevan ¡al hospital público! El
alquiler de la piecita esta pago hasta fin de mes, por lo tanto le sigue
perteneciendo por el momento. Pero los dueños del lugar son garrulos.
Una de esas mañanas llega como todos los años, el capador de cerdos. Pide
posada, no hay. Entonces le ofrecen, por esa noche, la habitación de la señora
Amparo. El deja sus cosas. Lavan el piso, abren el viejo arcón con “esos
recortes” que tanto cuidaba ella. Los esparcen por el suelo de ladrillos para
que seque pronto. Por la noche llega el capador. Camina de acá para allá sobre
los diarios que la señora coleccionaba.
En ellos estaban los rostros de la nobleza y realeza europea y las botas
del capador, sucias con estiércol de los cerdos, pasando sobre ellos les
infringe un espantoso ultraje.”
NOTA: Gracias a la gentileza de Ana Maria Murano, compañera de Roberto
Gritta, poseemos la colección completa del periódico Objetivos y algunos
originales ilustrados por la pintora
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